¿Por qué se produce el temido “efecto rebote”?

Cuando intentas perder peso con una dieta, ¿alguna vez te has encontrado recuperando más kilos de los que perdiste al principio? Este fenómeno, llamado efecto rebote, sucede mucho más de lo que pensamos.

De acuerdo con estudios científicos, aproximadamente el 80% de las personas que siguen dietas restrictivas recuperan el peso perdido en un plazo de cinco años.

Cuando haces dietas muy estrictas o de moda, tu cuerpo puede reaccionar de una manera que va en contra de tus objetivos. Por un lado, al reducir de golpe la cantidad de comida que consumes, tu cuerpo se ajusta y comienza a gastar menos energía para conservar lo que tiene. Luego, cuando vuelves a comer normal, tu metabolismo más lento hace que sea más fácil recuperar peso.

Además, las dietas súper restrictivas suelen desequilibrar tus hábitos alimenticios y emociones. Esto puede llevarte a sentir ansiedad por la comida y a veces te da la sensación de que necesitas comer mucho más de lo normal. Esto, a su vez, contrarresta los esfuerzos que hiciste con la dieta y hace que ganes peso.

Las dietas extremas, como aquellas que cortan muchos alimentos o calorías, a menudo causan una pérdida inicial de peso, pero cuando vuelves a tus hábitos normales, suele darse un aumento de peso repentino.

Para evitar este efecto rebote, muchos expertos sugieren hacer cambios más suaves y a largo plazo en tu vida. Es decir, en lugar de hacer dietas súper estrictas, lo mejor es ir haciendo pequeños cambios en tu dieta y hacer ejercicio regularmente. De esta manera, puedes perder peso de manera más constante y reducir las probabilidades de recuperarlo todo de golpe.

El truco está en entender que la pérdida de peso a largo plazo no solo tiene que ver con lo que haces por un tiempo, sino con los hábitos que mantienes por mucho más tiempo. Así que, para evitar que el efecto rebote te juegue en contra, es mejor buscar un camino más equilibrado y constante hacia un peso saludable.